jueves, 14 de agosto de 2008

Luis “Camaleón” García... Uno de los mejores en la historia de la nave


Uno de los más admirados y recordados por la afición es el antesalista Luis “Camaleón” García. Nacido un 11 de septiembre de 1929 en Carúpano, estado Sucre ha sido considerado el mejor tercera base de su época.

El magallanero inició su brillante carrera un 17 de noviembre de 1949 cundo fue llamado de la banca para sustituir en el tercer cojín al otro grande de nuestra pelota, Humberto “Pipita” Leal. Su debut fue una presentación de lo que sería su bateo, el carupanero se fue de 4-2 con una impulsada, desde ese instante, se mantuvo por espacio de 20 campañas en los campos venezolanos. Sus números reflejan su calidad como pelotero y acapara casi todos los records ofensivos de los Navegantes, vale citar en más veces al bate con 2.247, más incogibles conectados con 682, tubeyes con 116, cuadrangulares con 43, carreras empujadas con 342, carreras anotadas con 307 y dejó un promedio de por vida de .304 puntos.

El primero en conectar 1000 imparables en la liga
El sucrense tuvo el honor de ser el primer bateador en sumar 1000 hits en la liga venezolana. El mismo ocurrió el 25 de octubre de 1966; a la altura de la quinta entrada, García tomó el turno ante el lanzador de los Cardenales Ken Sanders y le sonó un indiscutible para llegar a la histórica cifra. Camaleón jugaba su temporada número 18 cuando consiguió la marca y daba otro paso a la inmortalidad.

Estrella en México
Camaleón también demostró su talento fuera de las fronteras venezolanas. En la Liga Mexicana de Beisbol jugó por espacio de 10 zafras, entre sus acciones más destacadas está el hecho de haber participado en 9 juegos de estrellas consecutivos. También despachó 171 vuelacercas y remolcó 759 carreras. A la defensiva destacó al quedar como líder en fildeo en la tercera base en 1958 y 1961. Tuvo la oportunidad de dirigir al conjunto de Petroleros de Poza Rica y quedar campeón en 1959.

“Fue una bendición jugar pelota”
El orgullo de Carúpano es una persona sencilla, que siempre está dispuesto a conversar de lo que más le apasiona, el beisbol. “Yo le agradezco a Dios el talento; para mí, fue una bendición jugar pelota, lo hicimos por amor a la camiseta, a nuestras familias y sacrificamos mucho. Anteriormente uno jugaba sin casco, sin copa, con unos guantes muy rudimentarios y había que coger la bola como fuera. Fue una época muy especial”, comentó el gran pelotero bucanero, quien ahora se dedica a observar el beisbol menor y pasa los datos a la organización filibustera.

Reconocido dentro y fuera del país
El sucrense ha sido inmortalizado en la pelota venezolana y el Caribe, a lo que manifiesta con orgullo, “es una bendición que haya vivido para contarlo, estar presente en cada uno de estos reconocimientos es maravilloso. En 1985 me exaltaron a Salón de la Fama del Deporte Venezolano, en el 2000 ingresé al Pabellón de la Fama de Beisbol del Caribe y en el 2003 fue exaltado al Salón de la Fama del Beisbol Venezolano. Por eso digo que es un honor y un regalo haber recibido en vida esos reconocimientos. Pienso que los peloteros que nos tocó iniciar el sendero para que este deporte sea lo que hoy es, no deben ser olvidados, a ellos, se le debe mucho. Yo pienso que si Vidal López hubiese jugado actualmente, fuera el mejor pelotero del mundo en las mayores, pero ustedes saben la historia, era de color y en las mayores había una barrera racial”, dijo emocionado al recordar esos momentos.

El antesalista estableció varias marcas a lo largo de su carrera con Magallanes, las mismas aún permanecen vigentes. El 14 de febrero de 1952 ante el Cervecería Caracas, establece el record de veces al bate con nueve. Es el pelotero criollo del Magallanes con más juegos en una temporada, con 78. Tiene en su haber cinco carreras anotadas por juego, una marca que comparte con Endy Chávez. Está igualado con Bill Taylor y Dave Coleman con 20 dobles conectados en una campaña.
Probablemente, Luis “Camaleón” García es considerado uno de los mejores de su época, sus números hablan de esa manera, pero lo más importante, fue el legado de mística y amor por la pelota, su equipo y los fanáticos que son la razón del juego.

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